A veces ocurre.

A veces ocurre.

Películas que por A o por B, se hacen tuyas. Te enganchan, te enamoran, te marcan. Sabes que pasarán los años y seguirás viéndola. Quizás no tenga el mejor guión, mejor iluminación o fotografía, pero tienen ese algo.Ese algo que posiblemente dependa de la situación en la que se encuentra cada uno.  Pero... por A o por B, se hace tuyo y no te suelta.

"La flaqueza del bolchevique" de Manuel Martín Cuenca.

Han pasado dos días... y no paro de recordarla. Consiguió emocionarme como pocas películas me han emocionado. Me conmovió, me impresionó.

Además cuenta con actorazos como Luis Tosar y María Valverde (entonces tenía 16 años) y en mi opinión tiene una BSO excepcional, que hace que nos impregnemos de la soledad que sienten los personajes principales.

Obviamente, la recomiendo.

La historia fue contada previamente a través de un libro con el mismo título( de Lorenzo Silva), en cuanto pueda lo agarro y no lo suelto.

Ya, ya sé que no he dicho nada del argumento del film, ni una simple sinopsis,pero... todos tenemos wikipedia.

—¿Tu padre era pobre? 

—Mi padre es pobre, si te parece que lo es el que tiene que trabajar y pagar impuestos hasta por la última cochina peseta que gana. A mí me lo parece, por lo menos.

—Así que tú eres socialista. 

—¿Quién te ha dicho eso?

—Mi padre dice que los pobres son socialistas porque los socialistas les prometen que van a quitarle todo a la gente que no somos pobres. 

—Vaya empanada que tiene tu padre.

—¿Qué eres entonces? 

—Yo soy bolchevique

—¿Y qué quieren los bolcheviques? 

—No vas a entenderlo.

—Prueba. No soy tonta. 

— Lo que queremos es fusilar a la gente como tu padre y después fusilar a los pobres, para que se enteren de que todos son unos sinvergüenzas y nadie merece que lo salven.

—Es una broma. Te estás riendo de mí. 

—Claro que me río. Yo no soy nada, y lo que sea lo dejo si tú me lo pides.